A donde va Vicente, va la gente.
—¿En serio no te gustaron los Guerreros de Terracota?
—No, en lo absoluto. Nada, ni mierda.
Así tal cual fue la parca conversación sobre el tema esa noche, en un hotel del centro de Xian con un amigo que de hecho, es restaurador. Para mi, un nerd apasionado por la historia consumado, reconocer que un lugar como los famosos Guerreros de Terracota de Xi'an había sido una total decepción, era algo que no concebía y cuya sensación no tenía en mi cabeza desde que en el 2009 visité Machu Picchu y me pareció una mierda (la experiencia, no el lugar, o bueno, lo que han hecho de él).
Dice el dicho cuando uno está perdido o errante que uno sigue a Vicente porque es "a dónde va la gente". Aquí en el corazón mismo de China, está uno de los destinos turísticos más importantes de este país: los Guerreros de Terracota. En la vieja tradición China cuando un importante señor fallecía, todo su séquito era enterrado vivo con él para poder pasar a la otra vida con todas las de la ley. Ya se pueden imaginar la legión de concubinas sufriendo por mantener vivo a su amo, cuidando que no se enferme y que viva bastante. Creo que la única persona que podría continuar esta tradición, es la Reina Isabel II de Inglaterra que este año cumple 420 años en el poder. Qin, sin embargo, era un emperador que había sido amenazado de muerte muchas veces y decidió hacer figuras de arcilla de su ejército y personal para que no los enterraran vivos (y de paso, no debilitar el imperio al meter al ejército entero bajo tierra). Un día, por accidente, en la década de los 70, descubrieron a este ejército de terracota y fue así como las filas de miles y miles de estatuas (con color, que desaparecía a los minutos de contacto con el aire) salió a la luz como uno de los más importantes descubrimientos arqueológicos desde los cartuchos de E.T de Atari (en serio).
Cada cabeza del soldado es diferente una de otra, no así el cuerpo. Es decir, esta fue la precursora de las fabricas de iPhones de China.
Para llegar aquí se agarra el bus 306 desde la estación de buses de Xi'an y se pagan 7 RMB por el viaje, sin antes claro avisarles que hay una estafa en el lugar: hay taladores que tienen buses privados con letreros hacia los Guerreros de Terracota que te dicen que ese bus es el que los lleva allá. Claro, el turista que está asustado y sin conocimiento cae y termina pagando hasta 40 RMB por el viajecito. Eso hace la diferencia, porque la entrada al lugar cuesta 150 RMB, una de las más caras de todo el país: tenga en cuenta que la Ciudad Prohibida de Beijing apenas cuesta un tercio de esto y es un complejo que puede llevarle fácilmente, medio día en explorar.
¡Pero es que son 3000 soldados de Terracota! ¡El primer Madame Tussauds! Esto es un hito chino principalmente porque:
Cada cabeza del soldado es diferente una de otra, no así el cuerpo. Es decir, esta fue la precursora de las fabricas de iPhones de China, la primera producción industrial en serie.
Los soldados están quietos y haciendo fila, algo que aman hacer en este país. Filas.
Entramos al complejo que está dividido en tres áreas. Ibamos un poco preparados con los comentarios del lugar, ya que mucha gente decía que debíamos visitar primero el pit 1 y después pasar al 3, que es donde la cosa se pone buena. Y así lo hicimos.
¿Esto es ... todo?, me pregunté. Bueno, me habían dicho que era pequeña pero esto es demasiado. Ya estaba algo acostumbrado a las sorpresas pequeñas de este país. Pero bueno, lo sabíamos. Sabíamos que esto era predecible de la estancia número uno, así que pasamos a la número dos.
Este es el pit 2. La pista de motocross más grande de China. No, a ver... no estoy desmeritando la calidad arqueológica de las piezas, pero esto no es precisamente lo que uno tiene en la cabeza. No es precisamente la magnífica forma de presentar semejante descubrimiento arqueológico. Resulta que aquí están enterrados los carruajes del emperador, así como sus objetos personales y demás trasteos que el man no quiso dejarle en herencia a los hijos. Pero claro, todo enterrado. Supongo que toca visitar los guerreros de Xi'an con imaginación.
"Soy un soldado"
"Siiiii, yo soy una concubinaaaa"
En este momento tenía las imágenes en mi cabeza de las críticas que había leído en internet y los consejos de mi gran amigo, que no valía tanto la pena visitar este lugar. "Pero es que es un gran sitio", me mentía. "Por qué estaba aquí", pensaba. Y es que de hecho, este viaje por China lo hice más por aburrimiento que por realmente estar motivado. Parce, es China, hágale, es un must y los Guerreros son el must del must. Es de lo last.
Pero ahora es momento de ingresar al pabellón 3. Pit. Como sea esta verga.
Ahí, frente a mis ojos, los Guerreros, bajo un hangar que los protegía, aparentemente de los elementos. La imagen es poderosa, si te enfocas en ella claro está. La mitad del lugar está poblada por cientos de figuras de los soldados y la otra mitad, bueno ... choices. Para una expectativa altamente vendida de miles de soldados expuestos, esto está muy alejado de lo que uno tiene en mente. No, no hay miles. Solamente la mitad del sitio está en exposición.
Los soldados están alejados del pasillo periférico que rodea el lugar de excavación y de hecho, no estás frente a ellos sino sobre los mismos. Las fotos entonces que ven en internet sobre detalles de los rostros, son de hecho, tomadas con un lente que debe ser mínimo, 140 mm. A simple vista, los soldados de Terracota no pueden apreciarse debido a la distancia.
No me quejo de la cantidad de turistas, soy consciente que si quiero ver un lugar sin multitudes llegué 20 años tarde pero es evidente que el lugar se ha quedado pequeño y la experiencia no deja de ser estresante. El amontonamiento de los espectadores en apenas unos tres metros de ancho, hace que apreciar algo de la fosa, se vuelva una situación similar a agarrar un F14 en la Estación Ricaurte. Sin embargo, me quedaba el sinsabor en la boca de la experiencia como tal, de la grandilocuencia con la cual se ha vendido este lugar para ser una anecdótica parada en el viaje.
Si se dan cuenta, los soldados eran enterrados con una nevera portátil con comida y refrigerio para el más allá.
El problema no son los soldados en sí, que por inercia pura tienen la maestría para llamar la atención de cualquier persona. El problema es la parafernalia que hemos montado, en internet y en guías turísticas alrededor de este lugar. Lo hemos vendido como uno de los must de China cuando es solamente una parada, que para este servidor, es prescindible, incluso en la misma Xi'an que tiene joyas como la Gran Mezquita. Esto no es un must. Es más, ¿quién ha dicho que esto lo es? Y me asusté. Me asusté porque me di cuenta que estaba viajando por inercia pura, más no por gusto. Estaba en este lugar porque "tenía que visitarlo" más no propiamente porque quería.
El viaje es de uno. Uno es el que se está gastando el dinero, en tener experiencias y en visitar los lugares que quiere ver. La vida, es muy corta para tener que seguir los pasos de Vicente. Es como el discurso aquél que dice que para ser una mejor persona hay que viajar. No cabrón. El que es un pelmazo lo sigue siendo con o sin sellos en el pasaporte.
No "hay" que hacer esto o lo otro en un viaje, porque perdemos el poder de decidir guiados por una simple lista o una recomendación que se repite una y otra vez. Salí decepcionado y aburrido, pero no con el lugar sino conmigo mismo.
Para viajar hay guías, no órdenes. Y a Vicente solamente hay que seguirlo en redes sociales, no necesariamente hacer fila detrás de él, como los mismos soldados del Emperador Qin. Al final, no importa si son 100 o 8000, lo que importa es que están. Lo que importa es que fuiste y ya.
Tachaste un lugar de la lista. Y sigues, a donde va la gente.